Historia: Evitando desastres. Desde
el comienzo la iluminación de las galerías de las minas siempre fue un problema
y más para las de carbón. Al principio
se usaron velas, grasas, aceites y carburo para distintos tipos de lámparas,
pero a raíz del desastre minero ocurrido en 1812 (El desastre de Felling
colliery, mueren 92 personas) en Gran Bretaña surgieron las lámparas de
seguridad. Las lámparas a aceite de seguridad para minas de carbón fue creada
para solucionar el problema de las explosiones que se producen por el contacto
de la llama de distintos tipos de lámparas denominadas de llama libre con el gas metano
(gas grisú) existente en la explotación del carbón. El primero en desarrollar
un medio de iluminación más seguro fue Sir Humphry Davy en noviembre de 1815,
el diseño de la lámpara era evitar el contacto directo de la llama con el gas
del ambiente, para ello colocó una red o malla metálica de alambre alrededor de
la llama para absorber el calor la misma, con ello evitaba posibles explosiones
pero provocaba que la iluminación sea muy deficiente.
El diseño de la lámpara anterior es mejorada por William Clanny el cual le
agrega un vidrio cilíndrico alrededor de la llama para mejorar la iluminación y
coloca la malla de alambre en la parte superior.
En 1872 el gobierno inglés exige que la lámpara tenga un bloqueo para
evitar por parte de los mineros su apertura para recargarla dentro de la mina.
Los problemas que surgieron en el uso de la lámpara de seguridad fueron: la
rotura del vidrio, el desgaste por oxidación de la malla y las corrientes de
aire que hacían que llama toque la red metálica, para evitar todo esto se
reforzó, se agregó una segunda red o malla y se colocó un cilindro de chapa con
agujeros cubriendo la red en la parte superior.
Su uso comienza a decaer a partir de 1859 cuando se patenta la primera
lámpara eléctrica y su posterior desarrollo.
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